Alvis es un personaje secundario de Xenoblade Chronicles. Es la encarnación física de Monado, habiendo existido desde la creación del universo. Su poder es usado por los dioses Zanza y Meyneth, manifestado mediante sus respectivas espadas.
Bajo su forma de huma, Alvis sirve a la familiai real éntida como vidente, así como a Zanza como uno de sus discípulos. Pese a su supuesta lealtad a Zanza, Alvis apoya y ayuda a Shulk, el Heredero de Monado, y su grupo desde las sombras en numerosas ocasiones.
Historia[]
Previo a la activación del Conducto, Monado era un ordenador localizado en la estación orbital Radamantis. Cuando Claus creó un nuevo universo, Monado, junto a Galea y la mitad del cuerpo de Claus, se vieron absorbidos hacia este nuevo mundo, donde renació como un poder omnipresente blandido por los ahora dioses Zanza y Meyneth.
Adoptando el nombre de Alvis bajo la forma de un huma, pasó a formar parte de la Trinidad de Zanza cuando entró en batalla contra Mekonis. Tiempo después tras la derrota y encarcelamiento del dios, Alvis comenzó a servir como vidente a la familia real éntida, alegando que procedía de una familia de videntes que obtenían su poder al tocar a Monado.
Debido a su preocupación por el futuro incierto de su mundo, condenado por Zanza a un ciclo eterno de destrucción y renacimiento, Alvis tomó interés por Shulk, el chico al que Zanza había seleccionado como contenedor de su alma, viendo potencial en él para blandir su poder y obtener su propia Monado. De esa forma, y ajeno a la voluntad de Zanza, Alvis comenzó a comunicarse con Shulk al comienzo de su viaje, hablándole en sus sueños y ofreciéndole aviso y protección desde las sombras.
Shulk se encontraría con Alvis físicamente por primera vez en la Selva de Makna, pero su conversación se vería interrumpida por unas telethias. Alvis asistió a Shulk en derrotarlas, guiándole en su aprendizaje de nuevos poderes de Monado. Tras ese evento Alvis desaparecería, y no volverían a encontrarse hasta que Shulk y su grupo fuesen encarcelados en Alcamoth, descubriendo así su posición como vidente. A partir de este punto Alvis comenzó a colaborar de forma más activa con Shulk y sus aliados, proporcionándoles ayuda en su misión para salvar a Melia en el Mausoleo del Ancestro.
Tras el renacimiento de Zanza, Alvis se comunicó con Shulk mientras este estaba en coma, poniendo todos sus logros y victorias en perspectiva y haciéndole ver que su viaje no había sido en vano, e incitándole a enfrentarse a Zanza. Después de que este despertase, Alvis reveló ser miembro de la Trinidad, marchando junto a Dickson para asistir a Zanza.
Cuando durante su batalla final Shulk despierta su verdadera Monado, Alvis revela su identidad e indica que ha llegado la hora de derrocar a Zanza. Siguiendo su muerte, este le muestra a Shulk los eventos de la creación del universo, revelándole que él es ahora el dios de ese mundo y dejando a su decisión el futuro de este. Shulk decide crear un mundo sin dioses, y Alvis reforma el universo para ajustarse a su deseo.
En algún punto tras la recreación del universo, Alvis se encuentra una última vez con Shulk y Fiora, y les habla de la infinidad de su nuevo mundo.